LOS MAESTROS COMO BOTÍN ELECTORAL: PRI Y MORENA
Lev M. Velázquez Barriga
Doctor en pedagogía
http://www.jornada.unam.mx/2018/02/19/opinion/018a2pol
Los maestros han sido botín.....
político de las cúpulas sindicales y de sus fricciones internas en esta coyuntura
electoral. Mediante Nueva Alianza, Juan Díaz de la Torre oferta el voto
magisterial al PRI, su partido protector; Elba Esther Gordillo Morales, por
conducto de las Redes Sociales Progresistas (RSP), de sus familiares y de su
operador más notable, el ex secretario general del SNTE Rafael Ochoa Guzmán,
ofrece el voto de los maestros y sus huestes electorales a Morena.
Los jaloneos sobre quién
tiene la legalidad del sindicato, Juan Díaz o Elba Esther, no tienen que ver
con un proceso democratizador del gremio, no son una preocupación sobre la
representación legítima de los maestros venida de sus núcleos organizacionales,
sino una pugna de facciones gansteriles funcionales al régimen. En el fondo
está el control económico de las cuotas sindicales obligatorias, de la
maquinaria electoral construida sobre las mismas estructuras charriles del
sindicato, el comando de los mercenarios del fraude electoral al servicio del
mejor postor. La pelea por la dirección legal del SNTE no es para representar a
los maestros, es para negociar en nombre de ellos.
La ambigüedad jurídica de los
alcances del amparo concedido por el gobierno priísta en el que se suspendía la
toma de nota del secretario general del SNTE, tres días antes de su congreso y
uno antes del acuerdo nacional magisterial con AMLO no es casual, fue el
mensaje al grupo gordillista para devolverle el sindicato y recuperar el pacto
de complicidad, con la condición de que rompiera la alianza con Morena. No
obstante, el coqueteo electoral con Gordillo terminó en acoso cuando su equipo
político no desistió de continuar la alianza: inicialmente se dijo que el
amparo no invalidaba a Juan Díaz de la Torre, pero después vino la suspensión
de sus efectos y luego la restricción para no permitir a la maestra
comunicación telefónica o por Internet ni visitas que no sean de sus
familiares, abogados o médicos.
Acto seguido, en fast track y
derrochando millonarios recursos destinados en cañonazos económicos directos a
los delegados para comprar su servilismo, el congreso del SNTE culminó el
proceso fraudulento de sus eventos previos en los estados, validó a los
funcionarios sindicales para que paralelamente cumplan funciones como resultado
de su participación en las urnas y ungió a Juan Díaz de la Torre, el judas de
los maestros, para estas elecciones y los próximos seis años (por lo pronto).
En el otro escenario de la
pugna entre bandos sindicales está la firma del acuerdo nacional magisterial al
que convocaron las “Redes S0ciales Progresistas” en Zacatecas; ahí se afirmó
alianza con Morena y la legitimación mediática del grupo elbista ante un
auditorio, que en realidad llegó imantado por la figura de Andrés Manuel López
Obrador. Lógicamente, AMLO habló como abanderado de la coalición partidista
Juntos Haremos Historia; por los maestros el único que fijó posicionamiento
público, suplantando la voz de todas las fuerzas magisteriales, gordillistas o
no, fue Rafael Ochoa Guzmán, pero ¿quiénes y en qué instancias lo nombraron
vocero del magisterio nacional? Eso nadie lo sabe.
Las alianzas cupulares de
Juan Díaz con el PRI y de Elba Esther en nombre de los maestros mexicanos con
Morena son igual de ilegítimas. Ambos grupúsculos llegaron a la dirección
sindical por medios fraudulentos y en climas de imposiciones violentas hacia
los sectores de oposición democrática, se mantuvieron ahí pactando con los
poderes del Estado la entrega de la escuela pública y los derechos laborales de
los docentes, avalando los pactos, acuerdos y reformas educativas neoliberales
de las últimas dos décadas. Incluso la contrariedad de Elba Esther a la más
reciente reforma educativa fue una invención para poner mayor precio a la
entrega de la estabilidad de los profesores.
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